He despertado a Virginia. Sólo ha hecho falta abrir las ventanas, dejando que el sol inundara su cuarto y que el viento y los árboles entonaran su canción. Echo tanto de menos los árboles, el campo, los paseos. Sé que Virginia también, pero ambas andamos atareadas trabajando.
Virginia relee capítulos, corrige pruebas, supervisa la impresión de un libro en el pequeño sotano que alberga la Hogarth Press.
Yo abro de nuevo las puertas de Una habitacion propia. Hablo con Virginia, le pregunto cosas.
He sacado su pluma y he intentado escribir con ella, he puesto su chal, viejo y ajado, encima de una silla y me he puesto su enorme abrigo, que me cobija como su inteligencia, como sus palabras, como su ironía.
Virginia está asombrada contando las ventas de Una habitación propia.
A proposito, las ventas de Una habitación propia no tienen precedentes, han superado a Orlando; da la impresión de una cuerda que corre entre los dedos; recibimos pedidos de 100 tan traquilamente como solíamos recibir los de 12.
Ese dinero recaudado por medio del trabajo la entusiasma y su mente sueña planes y proyectos, ese pequeño avance en dignidad; tener su propio dinero. Virginia ha llegado con Leonard al acuerdo de compartir gastos, esa es la esencia del feminismo, nuestra inteligencia, nuestro oficio, nuestras manos al servicio de la vida diaria. Ser independientes como somos inteligentes y válidas. Andamos solas y estamos en el mundo de la realidad, no sólo en el mundo de los hombres y las mujeres, sueño que escucho a Virginia hablando a las jóvenes ansiosas y valientes que iban a escuchar sus conferencias.
Voy desempolvando las frases de Virginia, guardadas con cuidado y mimo entre libros viejos y hermosos. Son pequeños destellos de luz que iluminan estos días grises que han despedido febrero.
Ya es marzo y la primavera quiere abrir las puertas y entrar como una niña ansiosa que desea salir a correr por las calles. Voy a traer a Virginia a ver esta pequeña primavera aún dormida, voy a enseñarle teatros, escenarios, mujeres que aún necesitan sus palabras, hoy, todavía.
Una habitación propia. Homenaje a Virginia Woolf.
7 de marzo: Salón CAI del Paseo Independencia de Zaragoza
8 de marzo: Teatro Municipal de Utebo